La Inspiración detrás del Éxito: Usain Bolt y el Liderazgo
- Carlos Estrada

- 27 feb
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 4 mar
Cursaba el mes de agosto del 2009 y en Berlín se desarrollaba el campeonato mundial
de atletismo.
El dieciseisavo día de ese mes, un joven jamaiquino de 23 años paraba el reloj de la
carrera reina del atletismo, los 100 metros planos, en 9 segundos y 58 milesimas,
estableciendo un nuevo récord mundial.
Todos hoy sabemos de quién se trata: Usain Bolt, quien ganó a lo largo de su carrera
ocho medallas de oro en juegos olímpicos, y su récord de 100 metros está aún vigente,
casi 17 años después de haberlo logrado.
Correr esa distancia en tan poco tiempo es algo impresionante, si lo pensamos, un
paso nuestro a veces no alcanza el metro de longitud, para recorrer 100 metros en
menos de 10 segundos deberíamos dar mínimo 10 pasos por segundo, ¿cómo se logra
eso?
La respuesta, desde una perspectiva objetiva, podría incluir una muy buena técnica,
mucha concentración, cuidados físicos y entrenamiento. Pero todo eso conlleva un
gran sacrificio personal que no todos están dispuestos a hacer, es aquí donde surge la
“pregunta del millón”:
¿Qué nos motiva a hacerlo? ¿Qué permite que logremos tener la actitud correcta para
alcanzar nuestro máximo potencial y por consiguiente el éxito?
La motivación es la fuerza interna que determina que una persona inicie, continúe o
detenga un comportamiento con el fin de alcanzar una meta, y es algo que está dentro
de nosotros.
Erróneamente pensamos que podemos motivar a los demás, sin embargo, la
motivación es algo propio, realmente solo nos auto motivamos. Pero hay situaciones o
experiencias que nos llevan a este estado.
Por ejemplo, observamos a alguien alcanzar el éxito laboral y eso nos inspira a seguir
sus pasos; vemos una película emotiva donde el personaje principal alcanza sus metas
y nos inspiramos; o nos visualizamos en una situación deseada y eso nos inspira para
alcanzarla.
Pareciera muy lógico, pero muchas veces se nos olvida que el éxito es el resultado de
nuestra actitud y ésta a su vez se desprende de la auto motivación, aquella que surge
de una serie de elementos internos o externos que nos inspiran.
A pesar de que Usain Bolt cruzó la meta el 16 de agosto solo, detrás de él hubo todo
un equipo que le apoyó y le permitió lograr lo inalcanzable hasta ese momento, un
equipo liderado por su entrenador, Glen Mills, un líder que no solamente gestionó todos
los aspectos técnicos y operativos, sino aún más importante, encontró las formas de
inspirar continuamente a Bolt para que trascendiera en la historia del atletismo.
Así como para Glen Mills, para todos los líderes, la principal función que tienen es
lograr desarrollar el máximo potencial de las personas con quienes trabajan,
llevándolas a alcanzar el éxito y dejando un legado al desarrollar nuevos líderes. Para
lograr esto, la herramienta más poderosa que poseen es la inspiración, aquella que
detona la cascada de automotivación, actitud, máximo potencial y éxito. La gran
pregunta es cómo logramos esa inspiración, respuesta que no desarrollaremos aquí,
pero que es resultado de nuestros comportamientos de liderazgo, los que hemos
involucrado en el modelo E.L.I.A.S. y que son la base del trabajo en UNLOCK ENGINE.
Hace casi veinte años conocí a Jesús “Chucho” Ramírez, ex-técnico de la selección
mexicana de futbol sub-17. Tuve el privilegio de escuchar una charla suya solo unos
meses después de que alcanzara ser el primer campeón mundial de futbol mexicano
con esa selección, venciendo con un apabullante 3 por 0 a Brasil en la final en Lima
un 2 de octubre. México es el tercer país con más títulos en esa categoría después de
Brasil y Nigeria, algo que comenzó con ese mundial.
En esa charla hubo dos cosas que me llamaron la atención:
La primera relacionada con el tema técnico, explicaba “Chucho” que a los muchachos
los entrenaron para que no tuvieran desventaja vs. otros equipos en las áreas
controlables, es decir, en resistencia, fuerza, velocidad, etc. La altura o el tamaño no
eran controlables, pero en todo lo demás no deberían ser inferiores.
La segunda, fue que a los chicos les proyectaban una película inspiradora antes de
cada partido, películas estilo “Rocky” que les elevaba el espíritu y su auto motivación
para que salieran al campo con la actitud correcta para la victoria.
Afirmar que el éxito es resultado sólo de nuestra actitud puede ser cuestionable,
alguien diría que si no se tiene la preparación no se es exitoso y eso es totalmente
válido.
Entonces surgen varias preguntas: ¿Qué nos llevó a prepararnos? ¿Qué nos llevó a
sacrificarnos para salir adelante?, y podemos llegar al dilema entre el huevo y la
gallina: ¿Qué fue primero? ¿La actitud o la preparación?
Estoy convencido de que en el mundo corporativo la gestión es diferente al liderazgo.
La gestión hace referencia a una serie de habilidades técnicas y cómo las
desplegamos. Allí la preparación y el conocimiento juegan un papel muy importante.
El liderazgo está relacionado con nuestra capacidad de desarrollar a las personas y
son nuestros comportamientos los que realmente la impactan, aquellos que suelen
llamar habilidades blandas.
Se puede ser un muy buen gestor y pésimo líder, o lo contrario. En ambos casos puede
ser que se logren resultados, muchas veces no sostenibles en el tiempo y claramente
por debajo de lo que se lograría si se gestiona y lidera bien.
Hay muchas maneras de gestionar o administrar, además cada persona es un mundo y
tiene un estilo diferente. No pretendo discutir si hay o no estilos de liderazgo, lo que
quiero resaltar es que la función principal del líder siempre será que las personas que
lidera alcancen su mejor versión, ese es el camino mejor pavimentado hacia el éxito, y
para lograrlo, la herramienta más poderosa que tiene el líder es la inspiración.
A veces se habla de que los líderes deben ser capaces de influir en los demás, respeto
esa idea aun cuando no estoy totalmente de acuerdo, hay momentos donde se debe
influir, pero creo firmemente que a Usain Bolt lo inspiraron a ser leyenda, no influyeron
en él para que lo fuera.
Como cualquier disciplina en la vida, convertirse en un líder inspirador implica conocer
y entender los comportamientos correctos, practicarlos permanentemente hasta lograr
una competencia inconsciente, y muy importante, tener el verdadero compromiso para
aplicarlos día a día, porque seguramente vamos a fallar en el camino y siempre será
más fácil utilizar el poder para dar órdenes, que inspirar a las personas para alcanzar
su máximo potencial.
“Solo se fracasa cuando se deja de intentar”







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